ORFEBRERÍA
Con orígenes muy dispares, nuestro encuentro artístico, aunque improbable, fue instantáneo y natural. Hemos crecido juntas, tanto humana como artísticamente, así como nuestras ideas y sueños que hemos podido ver desarrollarse gracias a un horizonte común: Binôme.
Sara, con raíces tanto francesas como españolas, vivió en cuatro países antes de instalarse en Madrid para estudiar diseño de producto en la Universidad Europea de Madrid. Allí se apasionó por la joyería y eligió seguir formándose como orfebre en la escuela del Gremio de Joyeros de Madrid. Tras haber trabajado con destacados joyeros y diseñadores, decidió
crear junto a Yessica su propia marca y taller en el barrio de Lavapiés
Yessica, nacida y criada en Suiza pero de orígenes chilenos, tuvo su primer encuentro con el mundo de la joyería hace 15 años. Proveniente de familia joyera, con estudios de joyería en Chile y Suiza, ha dedicado varios años a impartir su conocimiento y a fomentar el arte de la joyería. En el año 2019 se muda a Madrid para embarcarse en una nueva etapa personal y profesional. En la emblemática Calle Montera, encuentra un pequeño taller de joyería donde continúa desarrollando su pasión por el oficio y tras la pandemia decidió embarcarse en el proyecto más ambicioso y especial: formar con Sara un espacio único en donde converge la joyería de autor con la artesanía y el “slow design”
Nos inspiramos en la imperfección de la naturaleza, incorporando técnicas ancestrales y elementos que capturan la esencia artesanal en cada una de nuestras creaciones. Al incorporar elementos imperfectos, la joyería se vuelve más personal y única, y se aleja de la perfección artificial. Usando técnicas como la fundición en arcilla o el modelado en cera damos un sello distintivo que marcan la estética de Binôme Atelier.
No trabajamos en función de la finalidad, el trabajo creativo es para nosotras ante todo un ejercicio de intuición marcado por el respeto a la materia y a los elementos. Apostamos por una forma de trabajo artesanal dando importancia al “slow design”, queremos romper códigos, jugar con los límites de la estética y el género.
De esencia bruta, porosa e imperfecta pero al mismo tiempo minimalista y suave. Cada pieza es una manifestación de nuestro proceso creativo que combina conocimiento e intuición en perfecta armonía.